:: Neuriwoman ::

  “Aroma a incienso,  entre flores de Azahar; Málaga, Semana Santa”. by neuriwoman  Málaga ya huele a Semana Santa, y en todas partes se respira a incienso. Ese aroma denso, envolvente, casi sagrado, que se mezcla con la fragancia fresca y dulce de las flores de azahar. Como si la ciudad se preparara, una vez más, para el recogimiento y la emoción de la Semana Santa. Las calles se impregnan de esa alquimia mágica que solo se da en esta época: el perfume floral de los naranjos en flor y el humo blanco que se eleva desde los incensarios que acompañan cada procesión. Se dice que los fenicios, grandes navegantes y comerciantes de la antigüedad, siempre llevaban leños de incienso en sus barcos para comerciar en los puertos que encontraban a su paso. De hecho, el nombre de Málaga proviene del término fenicio Malaka . La ciudad surgió precisamente de una de sus colonias en el siglo VIII a.C. La palabra " incienso " significa encender, quemar, prender fuego. Pero también se asoc...

  Queridos amigos, hoy llegamos al cierre de la convocatoria de Relatos Jueveros correspondiente a esta semana. No quiero despedirme sin antes agradecer profundamente vuestra enriquecedora participación. Vuestros relatos han sido auténticas joyas que nos han llevado a emprender los más diversos y fascinantes viajes. Juntos, hemos recorrido paisajes reales e imaginarios, hemos navegado por los mares de la memoria y de las emociones. Hemos transitado rutas astrales, oníricas, nostálgicas, espirituales, y de misterio. Cada relato ha sido una puerta abierta a nuevas perspectivas y sentimientos. Gracias, por compartir tanto y por hacernos vibrar con cada palabra. También quiero agradecer a todos los lectores que se hayan detenido a leernos y hayan dejado su huella con sus comentarios y visitas. Con esta entrada damos por concluida la convocatoria del 10 de abril. Ahora, con alegría, anunciamos la apertura de una nueva edición que estará a cargo de nuestra querida Mónica, alma mater de e...

  Voy a ninguna parte. Mi viaje no tiene destino. Me acomodo y, en un instante, me siento suspendida en la levedad de mi propia existencia, allí donde los pensamientos se deshacen antes de tomar forma. Solo un flujo constante de conciencia, que se disuelve y se reinventa en cada momento. Recuerdo que pensé en emprender este viaje, con aquella frase todavía revoloteando en mi cabeza. Cerré los ojos, y en la vastedad de mi mente, los pensamientos emergieron como destellos fugaces; algunos claros como el agua, otros difusos entre tinieblas. Pero, al igual que las olas, fueron y vinieron, a su antojo. Cada pensamiento se me mostró como un paisaje cambiante. Al principio, se amontonaron, como voces solapadas luchando por ser escuchadas. Luego se descompusieron en fragmentos brillantes, como estrellas, entre los cuales me perdí tratando de alcanzarlos. Y, como si flotara en un espacio sin gravedad, donde mi cuerpo era solo un eco lejano, me pregunté: ¿qué soy? ¿Una idea fugaz? ¿O solo un...